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El aumento de la cronicidad y la esperanza de vida: un reto para el sistema sanitario en España

La combinación de envejecimiento y patologías crónicas supone un reto tanto a nivel asistencial como económico, obligando a una transformación profunda del modelo sanitario actual para asegurar su sostenibilidad a largo plazo.

Mariana Bandeira

March 19, 2025 · 8 min de leitura

El avance de la medicina y la mejora de las condiciones de vida han producido que la esperanza de vida en España sea una de las más altas del mundo. Sin embargo, este crecimiento ha provocado a su vez desafíos importantes y significativos para el sistema sanitario español, especialmente por el incremento de enfermedades crónicas en la población. La combinación de envejecimiento y patologías crónicas supone un reto tanto a nivel asistencial como económico, obligando a una transformación profunda del modelo sanitario actual para asegurar su sostenibilidad a largo plazo.

El envejecimiento y la cronicidad: una tendencia en aumento

La esperanza de vida en España ha experimentado un notable incremento a lo largo de las últimas décadas. En 1900, la esperanza de vida era de aproximadamente 35 años. Esta cifra aumentó a 62 años en 1950 y continuó ascendiendo hasta alcanzar casi 80 años para las mujeres y 73 para los hombres en 1985. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2021 la esperanza de vida en España se situó en 83,07 años de media: 80,27 años para los hombres y 85,83 años para las mujeres. Con estas cifras, España se sitúa entre los países con mayor esperanza de vida del mundo.
Además, las previsiones indican que esta tendencia al alza continuará en el futuro. Por ello, se espera que la esperanza de vida alcance los 92 años para el año 2055, lo que afectará a las generaciones nacidas entre 1981 y 2005.
Por su parte, este aumento de la longevidad ha traído consigo un incremento en la prevalencia de enfermedades crónicas como la diabetes, la obesidad y el sobrepeso, enfermedades cardiovasculares, las enfermedades reumáticas, hipertensión, artrosis, EPOC, los trastornos de salud mental y las distintas demencias como el Alzheimer. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades crónicas representan el 70% de las muertes a nivel global y en España su impacto es aún mayor a esta cifra, debida al envejecimiento poblacional.
La cronicidad no solo implica un mayor número de pacientes, sino también una mayor complejidad en su manejo y seguimiento. Muchas de estas enfermedades requieren tratamientos prolongados, seguimiento continuo y cuidados multidisciplinares, lo que genera una presión creciente sobre los recursos sanitarios existentes.
Además, el envejecimiento poblacional, junto con una baja tasa de natalidad, afecta la economía general del país, con un aumento en el número de personas jubiladas y una disminución de la población en edad activa. Este fenómeno crea un mayor gasto en pensiones, añadiendo presión sobre el mismo, y una mayor demanda de recursos sanitarios y asistenciales, lo que hace imprescindible una reforma estructural del sistema.

Evolución del número de médicos y enfermeros per cápita

La evolución del número de médicos y enfermeros per cápita en España ha mostrado un crecimiento constante en las últimas décadas. Según datos del INE, en 2023 se registraron 975.243 profesionales sanitarios colegiados en España, un incremento del 3,0% respecto al año anterior. Los colectivos mayoritarios fueron enfermeros, 346.149 (35,5% del total); médicos: 301.684 (30,9%); y farmacéuticos: 80.293 (8,2%).
En 2017, las tasas de profesionales sanitarios colegiados por cada 1.000 habitantes fueron 6,43 enfermeros y 5,44 médicos por cada 1.000 habitantes en España.
Entre 2011 y 2021, el número total de enfermeros en España aumentó de 148.948 a 189.911, lo que supone un incremento de 40.963 profesionales en una década. De estos, 7.378 se incorporaron entre 2020 y 2021, coincidiendo con el inicio de la pandemia de COVID-19.
En cuanto a los médicos, en 2019 se alcanzó un total de 267.995 colegiados, lo que representó un incremento de 7.407 profesionales (2,8% más) respecto al año anterior.
Aunque las cifras absolutas de médicos y enfermeros colegiados han aumentado en los últimos años, es importante tener en cuenta que, debido al aumento de la esperanza de vida, la carga de enfermedad y las múltiples comorbilidades, las necesidades crecen de forma exponencial y, por tanto, el número de profesionales es insuficiente para afrontar las demandas del sistema.

Impacto en el sistema sanitario

El sistema sanitario español, basado en la universalidad y la accesibilidad, enfrenta importantes desafíos para atender la creciente demanda de atención médica derivada del envejecimiento y la cronicidad. Algunos de los principales impactos incluyen:
  1. Sobrecarga de la Atención Primaria: Los centros de salud son la puerta de entrada al sistema, pero su saturación dificulta el diagnóstico y seguimiento adecuado de pacientes con enfermedades crónicas.
  2. Aumento de la hospitalización y costes sanitarios: Las enfermedades crónicas generan ingresos hospitalarios recurrentes, lo que incrementa los costes sanitarios y sobrecarga las urgencias.
  3. Sobrecarga de los servicios de urgencias: Esto se debe a que son la puerta de entrada más resolutiva del sistema de salud, ya que ofrecen atención inmediata, disponibilidad las 24 horas y acceso a múltiples especialidades en un solo lugar.
  4. Falta de integración sociosanitaria: La coordinación entre servicios sanitarios y sociales sigue siendo insuficiente, afectando la continuidad asistencial de los pacientes crónicos.
  5. Necesidad de más recursos humanos y tecnológicos: El sistema sanitario requiere más profesionales especializados en cronicidad y nuevas tecnologías para una atención eficiente y personalizada.
  6. Desafío en la equidad de acceso: En algunas regiones, la distribución de recursos no es equitativa, lo que afecta la atención de los pacientes crónicos.

Estrategias para afrontar el reto

Para abordar el reto de la cronicidad en el sistema sanitario y el envejecimiento poblacional, es imprescindible un cambio de enfoque en la gestión sanitaria. Por ello, se han desarrollado diversas estrategias centradas en la prevención, la gestión proactiva de los pacientes y la optimización de recursos. Algunas de las más importantes incluyen:

Estratificación de la población según el riesgo

  • Utilizar las herramientas tecnológicas de que disponemos para monitorear y vigilar a los pacientes de forma continua, permitiendo identificar en tiempo real a aquellos que necesitan atención.
  • Permitir la focalización de intervenciones y recursos en los pacientes con mayor riesgo de descompensación o ingresos hospitalarios.
  • Utilizar modelos predictivos y sistemas de big data para clasificar a los pacientes en función de su nivel de riesgo (bajo, medio o alto).

Identificación temprana de necesidades

  • Fomentar la continuidad asistencial y la integración de los datos recopilados en tiempo real que permiten identificar de forma anticipada señales de deterioro del estado de salud e intervenir de manera precoz.
  • Implementar historiales clínicos electrónicos interoperables para un mejor seguimiento del paciente.
  • Utilizar herramientas de inteligencia artificial para analizar patrones y predecir la evolución de enfermedades crónicas.

Asignación eficiente de recursos según las necesidades

  • Reforzar la atención primaria como primer nivel asistencial para evitar la sobrecarga hospitalaria.
  • Desarrollar programas de gestión de casos, con criterios de referenciación bien definidos que garantizan una asignación de recursos más eficiente.
  • Implementar modelos de atención integrada que incluyan equipos multidisciplinares (médicos, enfermeros, trabajadores sociales, etc.).

Potenciación de la telemedicina

  • Usar teleconsultas y dispositivos de monitorización remota para un mejor control de enfermedades crónicas como la diabetes o la insuficiencia cardíaca, Que se caracterizan por episodios de descompensación recurrente.
  • Crear vías de atención alternativas, con calidad, para pacientes de bajo riesgo que acuden a los servicios de urgencias.
  • Desarrollar servicios de hospitalización a domicilio para pacientes que requieran seguimiento, pero no una estancia hospitalaria prolongada.

Educación para la salud y autocuidado

  • Promover programas de formación dirigidos a pacientes para mejorar su adherencia al tratamiento.
  • Utilizar aplicaciones móviles y plataformas digitales que faciliten el seguimiento de la medicación y hábitos saludables.
  • Crear canales de comunicación que permitan al paciente reportar signos y síntomas que puedan ser indicativos de agravamiento y recibir recomendaciones para la autogestión de su enfermedad.
  • Fomentar la participación de asociaciones de pacientes en la elaboración de estrategias de salud pública.

Coordinación entre niveles asistenciales

  • Favorecer la integración de la atención primaria, especializada y sociosanitaria para garantizar una atención continua y sin duplicidades.
  • Implementar historiales clínicos compartidos que faciliten el acceso a la información de los pacientes por parte de distintos profesionales.
  • Potenciar la gestión por procesos, asegurando que el paciente reciba la mejor atención en cada etapa de su enfermedad.

Evaluación y mejora continua

  • Establecer indicadores de calidad para medir el impacto de las estrategias implementadas.
  • Incluir a los pacientes en la evaluación de los servicios para detectar oportunidades de mejora.
Estas estrategias permiten avanzar hacia un sistema sanitario más eficiente, equitativo y centrado en la persona, optimizando los recursos disponibles y mejorando la calidad de vida de los pacientes con enfermedades crónicas.

Conclusión

El aumento de la cronicidad y la esperanza de vida supone un desafío para el sistema sanitario en España, pero también una oportunidad para mejorar y adaptar los servicios de salud a las nuevas necesidades de la población, no sólo con estrategias lineales como hasta ahora. La transformación del modelo sanitario debe pasar por una mayor inversión en Atención Primaria, la digitalización de los servicios, la integración sociosanitaria y el fomento del autocuidado.
Además, la sostenibilidad del sistema dependerá de la implementación de estrategias de prevención, estratificación de riesgo, la optimización del gasto y la incorporación de la tecnología para hacer frente a la creciente demanda asistencial. Solo con un enfoque integral y sostenible se podrá garantizar una atención de calidad a las generaciones presentes y futuras, asegurando la viabilidad del sistema de salud en el largo plazo.
Gracias al trabajo y las herramientas de UpHill en este ámbito la sostenibilidad puede mejorar y asegurar la continuidad del sistema. Un ejemplo de ello son los modelos que ya funcionan, lo que convierte a la compañía en un referente internacional en la automatización de la asistencia.
Además, recientemente acaba de certificar su software como dispositivo médico de clase IIa, una distinción concedida a pocas empresas de software en Europa que valida la fiabilidad y seguridad de la plataforma de orquestación y automatización sanitaria.

Mariana Bandeira

Territory Manager - Spain

Bringing her international management expertise to the helm, Mariana steers UpHill's Spanish operations while excelling as a dynamic account executive. With a fervent passion for healthcare and informatics, she eagerly explores their intersection with boundless enthusiasm.

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