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La tecnología en la salud: oportunidades y desafíos

La transformación digital está cambiando nuestra vida diaria, y su impacto en el sistema sanitario es especialmente disruptivo. Tecnologías como la historia clínica electrónica y la inteligencia artificial están revolucionando la atención médica, aunque también presentan importantes retos.

Mariana Bandeira

July 14, 2025 · 10 min read

El aumento de la tecnología: ¿una revolución silenciosa? 

La transformación digital está alterando el modo en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos. Pero hay un ámbito donde su impacto promete ser verdaderamente disruptivo: el sistema sanitario. Desde la historia clínica electrónica hasta la inteligencia artificial diagnóstica, la tecnología ha irrumpido en hospitales, centros de salud y hogares, cambiando la forma en que se prestan, se gestionan y se coordinan los cuidados de salud.
Este aumento progresivo de la tecnología en los sistemas sanitarios no es casualidad, sino una respuesta a necesidades que plantea el aumento de la cronicidad y la esperanza de vida. El envejecimiento poblacional, el aumento de las enfermedades crónicas, la escasez de profesionales sanitarios y la presión sobre la sostenibilidad financiera de los sistemas de salud han obligado a repensar cómo se presta atención sanitaria. Y la tecnología ha emergido como aliada clave.
Pero como toda transformación, esta viene acompañada tanto de oportunidades como de desafíos.

Una evolución acelerada por la urgencia

La pandemia de COVID-19 actuó como un catalizador sin precedentes. En pocos meses, soluciones que llevaban años en piloto, como la telemedicina, se convirtieron en práctica común. Plataformas digitales de seguimiento remoto, apps de autoevaluación de síntomas y sistemas de trazabilidad de contactos fueron desplegados a gran escala. Esta aceleración demostró que era posible innovar rápidamente cuando el contexto lo exigía.
Desde entonces, el interés por incorporar tecnología al sistema de salud no ha hecho más que crecer. Según datos recientes, la inversión mundial en tecnología sanitaria superó los 50.000 millones de dólares en 2024, con un crecimiento sostenido año tras año. Pero más allá de la inversión, la pregunta clave es: ¿cómo se traduce esa tecnología en valor real para pacientes, profesionales y sistemas?

Oportunidades: más allá de lo digital

Las oportunidades que abre la tecnología en sanidad son extensas y diversas. Entre las más destacadas:

1. Mejora del acceso

La telemedicina y las plataformas de atención virtual han permitido llegar a pacientes en zonas rurales o con movilidad reducida que antes quedaban fuera del sistema, ayudando a reducir barreras geográficas o logísticas. Un ejemplo claro es el programa "Salud Digital Rural" de Castilla-La Mancha, que conectó a pacientes de zonas remotas con médicos especialistas a través de videollamadas, reduciendo desplazamientos innecesarios y listas de espera.
También es fundamental destacar cómo la tecnología permite llegar a quienes más lo necesitan. Al combinarse con herramientas de estratificación de riesgo y priorización clínica, es posible garantizar que los recursos se asignen de forma más eficiente y equitativa, enfocando la atención en los pacientes con mayor urgencia o vulnerabilidad. Además, la coordinación de cuidados a través de plataformas digitales permite llegar de forma más estructurada a pacientes en todo tipo de entornos.
Con UpHill, varios hospitales han implementado rutas clínicas digitales que permiten iniciar cuidados desde el momento del diagnóstico, incluso fuera del entorno hospitalario. Por ejemplo, en oncología, donde los equipos multidisciplinares pueden intervenir de forma temprana y estructurada, sin importar la ubicación del paciente.

2. Seguimiento continuo y personalizado

Los dispositivos de monitorización remota (RPM), como wearables o sensores biométricos, facilitan el control de condiciones crónicas en tiempo real, anticipando descompensaciones y evitando hospitalizaciones innecesarias. En el Hospital Universitario La Paz (Madrid), se ha implantado un sistema de monitorización remota para pacientes con insuficiencia cardíaca, utilizando dispositivos que permiten registrar constantes vitales desde casa. Esta iniciativa ha contribuido a mejorar el seguimiento clínico y la continuidad asistencial de los pacientes.
UpHill permite realizar seguimiento digital de pacientes, combinando formularios clínicos automatizados, check-ins periódicos y alertas proactivas basadas en reglas clínicas. Actualmente, cerca del 50 % de las unidades locales de salud en Portugal ya utilizan UpHill para hacer un seguimiento cercano de pacientes en áreas tan diversas como la insuficiencia cardíaca, el asma, la diabetes, entre otras. Lo mismo ocurre en hospitales pioneros en España.

3. Mayor eficiencia y coordinación

Las plataformas de orquestación de cuidados y los sistemas de información clínica interoperables permiten que los distintos profesionales de la salud trabajen de forma más alineada, con acceso actualizado a la información del paciente. Soluciones de orquestación de cuidados como UpHill permiten estandarizar rutas clínicas, asignar tareas automáticamente al equipo sanitario y garantizar que cada paciente recibe los cuidados adecuados en el momento oportuno. Esto se traduce en menos errores, mejor adherencia a protocolos y una atención más fluida.

4. Soporte a la decisión clínica

Mediante algoritmos de inteligencia artificial y machine learning, los profesionales pueden contar con ayuda para el diagnóstico, la selección de tratamientos o la detección temprana de riesgos, todo basado en evidencia y grandes volúmenes de datos.
Las rutas clínicas digitalizadas de UpHill incorporan guías de práctica basadas en evidencia, ayudando a los profesionales a actuar con consistencia. Esto no solo mejora los resultados clínicos, sino que también reduce la variabilidad entre equipos y una reducción significativa de los costes.

5. Empoderamiento del paciente

Con acceso a sus datos, información comprensible sobre su estado y herramientas para el autocuidado, los pacientes pueden participar activamente en el manejo de su salud.
UpHill ofrece un canal de comunicación bidireccional entre pacientes y equipos clínicos que permite recibir instrucciones adaptadas a su situación y registrar información relevante para su seguimiento. Esto ha demostrado mejorar la adherencia al tratamiento en pacientes con enfermedades crónicas, especialmente en contextos de transición entre hospital y domicilio, donde la continuidad asistencial es crítica.

Los desafíos: más allá de la innovación

Sin embargo, esta transformación tecnológica también plantea múltiples desafíos que no pueden ignorarse:

1. Brecha digital

No todos los pacientes ni profesionales tienen el mismo nivel de acceso o alfabetización digital. Esto puede profundizar desigualdades ya existentes, especialmente en poblaciones vulnerables. Un estudio del Ministerio de Sanidad en 2023 mostró que más del 40% de los mayores de 75 años en España no utilizan internet de forma habitual. Esto implica que herramientas digitales sin acompañamiento pueden excluir a quienes más necesitan atención continua. Por ejemplo, la implantación de apps de seguimiento sin alternativas analógicas puede dejar fuera a una parte importante de la población crónica.
En sus implementaciones, UpHill ha priorizado la usabilidad, trabajando con interfaces simples e intuitivas para que tanto pacientes como profesionales puedan utilizar la herramienta sin necesidad de formación técnica avanzada. En algunos centros, se ha combinado el seguimiento digital con contacto telefónico, asegurando que nadie quede excluido por barreras tecnológicas.

2. Interoperabilidad

Uno de los grandes obstáculos sigue siendo la fragmentación de los sistemas. Cuando las tecnologías no se comunican entre sí, se genera redundancia, errores y pérdida de información clave.
Muchos hospitales aún operan con sistemas de información que no se comunican entre sí. En España, los datos recogidos en atención primaria no siempre están sincronizados con los sistemas hospitalarios, lo que obliga a duplicar pruebas y complica el seguimiento longitudinal del paciente.
La adopción de estándares de interoperabilidad en el sector salud es fundamental para garantizar que los distintos sistemas clínicos, plataformas de monitorización y herramientas de apoyo a la decisión puedan comunicarse de forma efectiva, como está implementando UpHill. Al permitir el intercambio fluido y seguro de datos entre instituciones, profesionales y tecnologías, estos estándares mejoran la continuidad asistencial, reducen la duplicación de pruebas y errores clínicos, y fortalecen la toma de decisiones basadas en información completa y actualizada. En última instancia, la interoperabilidad contribuye a una atención más segura, eficiente y centrada en el paciente.

3. Sobrecarga de información

Más datos no siempre implican mejor atención. Los profesionales sanitarios necesitan herramientas que filtren, prioricen y contextualicen la información, en lugar de añadir complejidad.
Un oncólogo puede recibir decenas de alertas diarias desde múltiples sistemas. Sin filtros inteligentes, esto puede generar "ruido clínico", diluyendo las alertas verdaderamente relevantes. En algunos hospitales, como el Hospital Clínic de Barcelona, se están probando sistemas de priorización de alertas con IA para combatir este fenómeno.
El diseño modular de UpHill permite que las alertas clínicas sean configuradas para que solo se disparen en situaciones verdaderamente relevantes, evitando la fatiga por notificación.  El objetivo es contextualizar la información clínica recogida, convertirla en conocimiento accionable y, siempre que sea posible, automatizar los pasos clínicos que se derivan de ella.

4. Privacidad y seguridad

El manejo de datos sensibles requiere niveles altos de protección, cumplimiento normativo y confianza por parte de pacientes y profesionales.
Casos como el ciberataque al Hospital Clínic de Barcelona en 2023, que paralizó parte de su operativa durante días, evidencian la vulnerabilidad de los sistemas sanitarios ante ataques. Esto ha llevado a un aumento en las inversiones en ciberseguridad, pero también a un debate sobre cómo equilibrar innovación con garantías legales y éticas.
Desde el inicio, UpHill ha sido desarrollado bajo estrictos criterios de seguridad de la información y cumplimiento normativo (como el RGPD). La plataforma incluye mecanismos avanzados de control de acceso, trazabilidad y cifrado, para que los datos del paciente estén siempre protegidos. UpHill cuenta con la certificación ISO 27001:2022, otorgada por la prestigiosa British Standards Institution (BSI), lo que implica que ha implantado y mantiene un Sistema de Gestión de Seguridad de la Información (SGSI) conforme al estándar actualizado.

5. Resistencia al cambio

La adopción tecnológica no depende solo de la herramienta, sino también de la cultura organizativa, la formación adecuada y la percepción de valor por parte de quienes deben usarla.
Muchos profesionales sanitarios se enfrentan a nuevas herramientas digitales sin una formación adecuada ni participación en su diseño. Esto puede generar rechazo o un uso solo parcial de dichos recursos. En España, aunque un 81 % de los profesionales reconoce que ya no puede prescindir de herramientas digitales en su práctica diaria tras la pandemia, aún existe una notable brecha formativa: solo el 69 % de los médicos declara haber recibido suficiente capacitación para manejarlas eficientemente. La tecnología, si no se alinea con la práctica clínica real ni se apoya en programas robustos de formación continua, puede convertirse en una barrera en lugar de un facilitador del trabajo médico
UpHill trabaja mano a mano con los equipos clínicos durante el diseño e implementación, siguiendo un enfoque co-creativo. Esto facilita la adopción, ya que las rutas de atención no se imponen, sino que se construyen con los propios usuarios.

Tecnología con propósito

El verdadero valor de la tecnología en salud no reside en lo sofisticado de la herramienta, sino en el problema que resuelve. Las soluciones tecnológicas deben estar diseñadas con un propósito clínico claro, alineadas con los flujos de trabajo reales y centradas en mejorar resultados tangibles para pacientes y profesionales.
No se trata de digitalizar por digitalizar, sino de transformar los modelos de atención. Eso implica escuchar a los usuarios, medir el impacto, adaptarse iterativamente y evitar una visión tecnocrática que desconozca la complejidad humana de la atención sanitaria.
UpHill no digitaliza por digitalizar: estructura, automatiza y guía procesos clínicos para mejorar los resultados de salud, reducir errores y liberar tiempo a los profesionales. Esta aproximación práctica y centrada en el impacto real ha permitido demostrar que la tecnología puede ser un agente de cambio, sin interferir con la práctica clínica, sino potenciándola.
Mirando al futuro
Los próximos años serán decisivos. Con el avance de tecnologías como la inteligencia artificial generativa, la salud digital predictiva, la automatización de procesos clínicos y la medicina personalizada, el sistema sanitario podría transformarse más en una década que en el último medio siglo.
Pero esta transformación no será automática. Requerirá visión estratégica, regulación adaptada, inversión sostenida, colaboración público-privada y, sobre todo, una ética firme que garantice que la tecnología esté siempre al servicio de la salud, y no al revés.
La tecnología es una herramienta. Potente, sí. Pero no un fin en sí mismo. Usada con sentido, puede ayudar a construir sistemas sanitarios más accesibles, eficientes y humanos. Ese es, quizás, el verdadero desafío.
UpHill está en el centro de esta transformación, ayudando a hospitales y sistemas sanitarios a dar ese salto sin perder el foco en lo esencial: el cuidado centrado en la persona.

Mariana Bandeira

Territory Manager - Spain

Bringing her international management expertise to the helm, Mariana steers UpHill's Spanish operations while excelling as a dynamic account executive. With a fervent passion for healthcare and informatics, she eagerly explores their intersection with boundless enthusiasm.

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