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Interoperability

Salud fragmentada en la era de la conectividad: ¿hasta cuándo perpetuaremos esta contradicción?

Conectividad, conexión en red, seguimiento son sólo tres ejemplos de palabras que han invadido el discurso común y no por casualidad: mediatizan nuestra forma de vivir, de relacionarnos, de interactuar. Qué pasa con la sanidad?

Eduardo Freire Rodrigues

March 21, 2023 · 5 min lectura

Conectividad, conexión en red, seguimiento son sólo tres ejemplos de palabras que han invadido el discurso común y no por casualidad: mediatizan nuestra forma de vivir, de relacionarnos, de interactuar. Cualquier duda sobre el nivel y el potencial de lo que acabo de describir quedó despejada cuando la NASA lanzó la página Where Is Webb, una herramienta a través de la cual cualquiera podía seguir, en tiempo real, la trayectoria de un telescopio. 
¿Dónde está? ¿Qué ha pasado? ¿Hacia dónde se dirige? ¿Cuándo se supone que llegará? Para todas estas preguntas, las mentes más curiosas - científicas o no - han encontrado respuestas. Rápidas, actualizadas, a unos pocos clics. Las mismas preguntas pueden hacerse médicos, enfermeros o gestores sanitarios en relación con los miles de personas que, cada día, utilizan el sistema sanitario. Y - reconozcámoslo - la respuesta nunca es fácil de encontrar. 
Es curioso que sepamos tanto sobre el universo y muy poco sobre dónde están los pacientes, a menudo perdidos entre citas, exámenes y horas de espera que se repiten hasta la extenuación. 
El problema no es nuevo, pero a pesar de algunas experiencias prometedoras sobre modelos de atención integrada, los sistemas sanitarios mundiales siguen fragmentados, centrados en la atención aguda y episódica, incapaces de responder a las necesidades de la sociedad actual. En Portugal, la realidad no es diferente y el debate ha cobrado recientemente un nuevo impulso con el anuncio de las nuevas Unidades Locales de Salud (Unidades Locais de Saúde), una clara apuesta por un modelo en el que la atención primaria y la hospitalaria trabajen (o deban trabajar) en red. 
Por otro lado, también surgen nuevas preguntas: ¿es suficiente esta formalización para garantizar la optimización de los recursos del SNS y la calidad de vida de los ciudadanos? 
No. Hay que conectar todos los puntos dispersos -tanto para los profesionales sanitarios como para los ciudadanos- esforzándose por cumplir cuatro requisitos esenciales: 

1. Recorridos asistenciales: el mapa  

Sabemos que la atención fragmentada es especialmente perjudicial para las enfermedades crónicas, cuya complejidad requiere una atención multidisciplinar y la articulación de distintos profesionales y niveles asistenciales, en el transcurso de una relación larga y continuada con el sistema sanitario.  
En este contexto, es primordial garantizar la existencia de un itinerario asistencial definido, multidisciplinar e integral, que indique el camino que seguirá el paciente desde el momento en que es diagnosticado. Un mapa que conecte varios puntos del sistema y guíe la prestación asistencial. Es la garantía de que cada paciente recibe la atención adecuada en cada momento, independientemente de dónde se encuentre, precisamente porque el itinerario asistencial define todas las etapas por las que deben pasar los pacientes y lo que ocurre en cada una de ellas. 

2. Criterios de derivación: las normas de circulación   

La integración asistencial es el motor de un sistema sanitario con mayor capacidad de respuesta y mayor calidad, al asignar cada paciente al profesional adecuado, maximizando el coste de oportunidad de cada uno. Para lograrlo, es esencial definir criterios de derivación claros a lo largo de todo el recorrido asistencial, garantizando que el paciente sea atendido en el nivel asistencial correcto.  
Tomando el recorrido asistencial como el mapa que define las etapas por las que debe pasar una persona y lo que ocurre en cada una de ellas, los criterios de derivación actúan como las normas de tráfico que dictan cuándo el paciente debe (o no) avanzar o retroceder a la siguiente etapa o nivel asistencial. Este punto es especialmente relevante para optimizar la eficiencia asignativa del sistema sanitario y evitar, por ejemplo, un uso excesivo e innecesario de los recursos hospitalarios

3. Seguimiento de la evolución en tiempo real: la navegación   

Dado el creciente volumen y complejidad de los pacientes – asociado a varios factores, entre ellos el aumento de la esperanza media de vida -, la escasez de recursos y la era de la conectividad en la que vivimos hoy, no tiene sentido que la evolución de los pacientes dependa de las citas presenciales: podemos - y debemos - utilizar las herramientas que ya existen para monitorizarlos a distancia.   
Así, al igual que un sistema de navegación identifica un accidente o la intensidad del tráfico y ajusta la ruta, en la asistencia sanitaria debe haber una visibilidad total sobre la evolución del paciente, identificando cualquier señal de alarma y ajustando el viaje automáticamente. 

4. Datos centralizados y sistemas interoperables: la red de satélites GPS 

En última instancia, el éxito de la integración asistencial depende de la capacidad para superar los silos de información que aún persisten y encontrar una forma ágil de obtener información sanitaria estructurada, compilada y actualizada en tiempo real.   
Como una red de satélites que siga todo el recorrido y garantice que la multiplicidad de sistemas de información utilizados en hospitales, centros de atención primaria y otras unidades, se comuniquen entre sí, hablen el mismo idioma, asignen un significado único e inequívoco a cada dato que reciben o transmiten, y garanticen que los datos de los pacientes les siguen a lo largo de todo el sistema sanitario. 
Incluso en los modelos integrados verticalmente y diseñados para funcionar en red, subsisten varios retos para hacer realidad los proclamados beneficios de la integración asistencial.  
¿Unamos los puntos? 
Artículo de opinión publicado originalmente en Dinheiro Vivo.

Eduardo Freire Rodrigues

CEO & Co-founder

Eduardo is a Public Health specialist, CEO and co-founder of UpHill. He has a master's degree in medicine from NOVA University of Lisbon and a postgraduate degree in clinical research from Harvard University. He is also a visiting assistant in Digital Health at ISCTE and NOVA Medical School. Early on, he learned how to code at the age of 14 and became passionate about it since then.

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