Los enfermeros desempeñan un papel fundamental en los sistemas sanitarios, ya que son esenciales para prestar una atención segura, de calidad y centrada en el paciente. Están a menudo en primera línea de la atención al paciente, proporcionando cuidados compasivos e integrales a las personas a lo largo de todo el ciclo vital, desde los recién nacidos hasta los ancianos. Además, tienen una posición distintiva dentro de las instituciones sanitarias - debido al amplio alcance de su trabajo - que combina tanto un conocimiento exhaustivo de los flujos de pacientes entre distintos entornos y departamentos, como un papel dinamizador a la hora de elaborar planes de atención multiprofesionales y multidisciplinares. 

Los equipos de enfermería son los responsables directos de proporcionar cuidados integrales; colaboran con otros profesionales sanitarios para optimizar los resultados de los pacientes, actuando como sus defensores, garantizando que se satisfagan sus necesidades físicas, emocionales y psicosociales; y también desempeñan un papel fundamental en la promoción de la salud, la prevención de enfermedades y la educación de los pacientes.   

En definitiva, su experiencia los convierte en miembros valiosísimos del equipo sanitario, contribuyendo a la salud y el bienestar generales de los pacientes y sus familias. 

Los retos y oportunidades que caracterizan a los sistemas sanitarios actuales repercuten naturalmente en lo que son las funciones tradicionales de los equipos de enfermería. Entre las principales oportunidades figuran: 

El uso de la tecnología en enfermería ha avanzado rápidamente en la última década. Esto incluye la adopción de historias clínicas electrónicas (HCE), telesalud y telemedicina, monitorización remota de pacientes y otras soluciones sanitarias digitales para mejorar la atención al paciente, agilizar los flujos de trabajo y mejorar la comunicación con los pacientes, los cuidadores y entre los miembros del equipo sanitario.^1-3   

En muchos países ha habido una tendencia creciente a ampliar el ámbito de la práctica de la enfermería, lo que les permite asumir más responsabilidades. Esto incluye funciones de práctica avanzada, como enfermeras practicantes, enfermeras anestesistas y enfermeras especialistas clínicas, que pueden gestionar las condiciones de salud de los pacientes de forma independiente.⁴   

La práctica basada en la evidencia (PBE) ha ganado terreno en la enfermería, con un énfasis creciente en el uso de la mejor evidencia disponible, junto con la experiencia clínica y los valores del paciente, para guiar las decisiones de cuidados de enfermería.⁵

La colaboración interdisciplinar y el trabajo en equipo se han hecho más prominentes en la práctica de la enfermería, con un creciente reconocimiento de la importancia de la colaboración entre los miembros del equipo sanitario para proporcionar unos cuidados seguros, eficientes y centrados en el paciente. Esto incluye una mejor comunicación y coordinación entre enfermeros, médicos, farmacéuticos, nutricionistas y otros profesionales sanitarios.^6-8

Al mismo tiempo, los desafíos de los sistemas sanitarios actuales están a la vista de todos: vivir más es una realidad, pero vivir mejor es un reto dada la mayor multimorbilidad asociada al envejecimiento de la población; las generaciones más jóvenes dan cada vez más prioridad a la salud y el bienestar, y también hay una creciente expectativa de comodidad y accesibilidad (incluso para terapias innovadoras y soluciones tecnológicas), lo que aumenta la presión sobre los sistemas globales. 

Por otro lado, existe una escasez crítica de personal que se ha visto agravada por la pandemia de COVID-19. Según la Organización Mundial de la Salud, en 2030 habrá una escasez de más de 10 millones de profesionales en todo el mundo,⁹ de los cuales aproximadamente la mitad serán enfermeros.¹⁰

Por tanto, los sistemas sanitarios tienen que adaptarse para satisfacer la creciente demanda y, desde el punto de vista de la enfermería, en la práctica actual existen varias oportunidades para mejorar los procesos y dotar a las enfermeras de mayor autonomía, eficiencia y eficacia, mediante el rediseño de los cuidados con recorridos asistenciales digitales, centrados en la seguridad del paciente y en la educación y el autocuidado del paciente. 

¿Por qué y cómo? Eso es exactamente lo que hemos explorado en nuestro último seminario web. 

El papel de las y los enfermeros consiste en coordinar y gestionar los cuidados de los pacientes a lo largo de todo su recorrido, desde el ingreso hasta el alta, el seguimiento a largo plazo y cada transición a otro entorno asistencial.  

En UpHill, definimos el proceso de diseño, ajuste, implementación y evaluación de los itinerarios asistenciales en 4 etapas y, como se describe a continuación, el personal de enfermería desempeña un papel fundamental en todas ellas: 

Dado el profundo conocimiento que poseen sobre el recorrido del paciente a través de diversos entornos - desde la hospitalización, urgencias, quirófano, hospital de día, hospitalización a domicilio, etc. - y su conocimiento detallado de la estructura de la institución, los equipos de enfermería desempeñan un papel fundamental a la hora de apoyar la construcción de las vías clínicas, desarrollar planes asistenciales holísticos basados en prácticas basadas en la evidencia y en los valores y expectativas de los pacientes, así como las decisiones que deben tomarse y quién debe tomarlas, y colaborar con otros equipos para establecer objetivos e intervenciones adecuados para cada etapa de la vía asistencial.  

Este paso es crucial para adaptar las mejores prácticas al contexto único de la institución. Las y los enfermeros desempeñan un papel clave a la hora de comunicarse con otros profesionales sanitarios, gestores hospitalarios, responsables de TI y demás personal, y de anticiparse a las necesidades y los valores de los pacientes en el contexto socioeconómico más amplio en el que se sitúa la institución. Se aseguran de que todos los miembros del equipo sanitario trabajen juntos a la perfección, facilitando una comunicación eficaz y coordinando los servicios y los recursos necesarios. Una vez más, el conocimiento que tienen del funcionamiento de la institución es relevante para garantizar que no se ajusta a la realidad y para incorporar a todas las personas (incluidos pacientes, familiares y cuidadores) al proyecto. 

Los profesionales de enfermería proporcionan cuidados directos, aplicando el plan de cuidados, administrando medicamentos, controlando su estado, participando en derivaciones y evaluando la eficacia de las intervenciones. También educan a pacientes y familiares sobre el recorrido asistencial, incluidas las intervenciones de autocuidado, el control de los síntomas y la comprensión de los objetivos de la asistencia.

Con un recorrido asistencial digital, los equipos tienen visibilidad sobre la evolución del paciente, identificando con precisión los momentos en los que hay que anticipar decisiones, ajustar la terapéutica o redirigir al paciente a otro nivel asistencial, consiguiendo una mayor autonomía en la prestación de cuidados. La colaboración interprofesional se ve reforzada por el hecho de que todos tienen acceso a la misma información, y la comunicación con el paciente también se ve reforzada por los mecanismos de comunicación asíncrona y seguimiento periódico.   

Por último, estas herramientas permiten al personal de enfermería mejorar la priorización de pacientes, basándose en criterios clínicos -en lugar del enfoque FIFO (primero en entrar, primero en salir)-, lo que impulsa a las instituciones sanitarias a mejorar la eficiencia de la asignación, decidiendo qué pacientes deben ser atendidos y a quién deben atenderse primero, cuando la demanda es grande y los recursos limitados. 

 Los enfermeros son responsables de la documentación precisa y oportuna de los cuidados al paciente, incluidas las valoraciones, las intervenciones y los resultados. Participan en iniciativas de mejora de la calidad para evaluar y mejorar continuamente el recorrido asistencial de los pacientes. Gracias a los recorridos asistenciales, los equipos de enfermería acceden a datos analíticos que les permiten evaluar el cumplimiento de las mejores prácticas, identificando los puntos más críticos del recorrido y las áreas susceptibles de mejora, con especial atención a los datos de seguridad del paciente. Por último, estos datos pueden utilizarse con fines de investigación y para fundamentar mejores políticas sanitarias que mejoren los resultados sanitarios y para los pacientes. 

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